Mientras su familia preparaba un funeral privado, la "estrella" en el Paseo de la Fama de Hollywood de Aaron Spelling, el Rey Midas de la televisión de Estados Unidos, rebalsaba de ofrendas florales.
Es que el famoso productor, creador de series televisivas que vieron millones de personas en todo el mundo, como Dinastía, Los ángeles de Charlie, Beverly Hills 90210 y Melrose Place, murió el viernes a los 83 años en su mansión, ubicada cerca de los Angeles.
Su esposa Candy y su hijo Randy, de 27 años, estuvieron a su lado, según el portavoz del productor. Spelling había sufrido un ataque de apoplejía el domingo pasado."La familia prepara un funeral privado, el cual será anunciado en su momento", indicó a AFP el publicista de Spelling, Kevin Sasaki, precisando que luego anunciarán un acto público.
Spelling produjo más de 200 shows y series televisivas, entre ellas Starsky y Hutch, El crucero del amor y La isla de la fantasía. Según el Libro Guinness de los Récords, Spelling ha sido "el productor más prolífico de todos los tiempos" al grabar más de 5.000 horas de programación televisiva, incluyendo 300 horas dedicadas a películas de televisión y más de una docena de películas.
Según informó la revista People, su hija Tori, de 33 años (quien fue una de las protagonistas de Beverly Hills 90210, en el papel de Donna Martin) lo había visitado hace poco. Al parecer la relación entre ambos era difícil.
Spelling ayudó a triunfar a actores como Farrah Fawcett, Julia Roberts, Heather Locklear, Luke Perry y Jason Priestley. Dejó también su huella en el mundo televisivo del siglo 21 con las series 7th Heaven y Summerland. Spelling produjo más de 140 películas para televisión. Entre las más notables están: Death Sentence (1974), en la que Nick Nolte tuvo su primer papel principal; El niño en la burbuja de plástico (1976), en el que John Travolta tuvo su primer papel dramático, y The Best Little Girl in the World (1981), con Jennifer Jason Leigh.
Durante las décadas de los 70 y 80, Spelling hacía series y películas exclusivamente para ABC y se le atribuye el ascenso de esa cadena televisiva. En broma, algunos solían referirse a la cadena como la "Aaron Broadcasting Company".
Pero el éxito no vino sin espinas. Críticos de televisión acusaban a Spelling de promover contenidos vanos y telenovelas nocturnas. El llamó a sus programas "dulces para la mente", mientras que sus críticos los calificaron como "dulces sin sesos".
Aunque la serie Dinastía se cuenta entre las producciones televisivas de más éxito de los años 80, la favorita del propio productor era Los ángeles de Charlie. Fue esta serie la que lo hizo famoso en todo el mundo y, sobre todo, rico.
Spelling, quien nació el 22 de abril de 1923, creció en una pequeña casa de Dallas, "en el lugar equivocado de las vías ferroviarias", según él mismo escribió en su autobiografía en el 1996. Fue el cuarto hijo de una pareja de inmigrantes judíos. Su padre era de Polonia y su madre, de Rusia. El apellido del padre, Spurling, fue simplificado a Spelling por un agente de Ellis Island.
Sus compañeros de escuela en Dallas lo consideraban "raro" porque sus padres hablaban yiddish. El estudiante fue víctima de agresiones y burlas antisemitas durante ese tiempo.
Vivió luego en Nueva York, pero se mudó a Los Angeles después de que no encontrara trabajo en la Gran Manzana. En Los Angeles hizo teatro y actuó en más de 40 programas televisivos y 12 películas, pero nunca pasó de personajes secundarios.
Luego dejó la actuación y se dedicó a escribir guiones. Se casó en 1953 con la actriz Carolyn Jones, conocida por su papel de Morticia en la serie televisiva La familia Addams. Se divorciaron después de 13 años. Jones murió de cáncer en 1983.
En 1968 se casó con Carol Jean (Candy) Spelling, con quien tuvo a sus dos únicos hijos (Tori y Randy). Y en 1969, comenzó un contrato exclusivo con ABC, ayudando a la cadena a subir del tercer al primer lugar de sintonía televisiva.
Ya a fines de los años 80 la revista Forbes calculó su fortuna en unos 300 millones de dólares. En las afueras de Los Angeles, cerca de la Mansión Playboy, el empresario se hizo construir la que es hasta hoy una de las residencias privadas más grandes de California. La enorme mansión tiene más de 120 habitaciones, seis jardines, una piscina olímpica y un cine. Allí murió.