Luego de su fugaz reunión para homenajear a Calamaro, el regreso de Los Fabulosos Cadillacs es una cuestión de “amor y tiempo”.
Teniendo en cuenta cuan escandalosos pueden ser los rockeros a la hora de separar sus bandas, el caso de Los Fabulosos Cadillacs fue bastante atípico. Un día, las ganas de emprender proyectos individuales fueron más fuertes que las de trabajar en equipo. Y así, pacífica y amistosamente, la última gran banda latina del rock nacional decidió meterse en el freezer por tiempo indeterminado.
De ahí que, cuando al fin se decidieron a volver, lo hayan hecho sin grandes anuncios: a fines de 2005 (tres años y medio después de su último concierto), la banda se reunió para registrar la versión de "La parte de adelante" que integra Calamaro querido!, el álbum tributo a Andrés. ¿Y ahora? ¿Pueden los miles de fans soñar con un regreso a las pistas? "La grabación funcionó a la perfección:contamos cuatro y a los 20 segundos todo sonaba magnífico. El resto del día lo pasamos fumando, comiendo, bebiendo y recordando lo increíblemente divertido que era estar de gira", asegura Sergio Rotman, dejando en claro que el clima sigue siendo de lo más propicio. Y si nos referimos a lo estrictamente profesional, el resultado de la sesión fue un tema que, según Flavio, responde a uno de los principales interrogantes de todo este gran misterio: cómo sonarían hoy. "Me parece que licuás los proyectos de cada uno y da Cadillacs. Sería como en «La parte de adelante»: un collage sonoro".
El mismo bajista dice: "Modestamente, a partir de la diáspora e inclusive durante la vida lfc, no sé qué otras bandas de la historia generaron tanto proyecto paralelo". Y no le falta razón: mientras esperan que los astros se alineen, los miembros del grupo siguen abocados a sus múltiples iniciativas personales. El más ocupado (o al menos el más diversificado) parece ser Flavio: mientras demea Mandinga Project Saund Machín (el próximo disco de su agrupación, La Mandinga), apoya la reciente edición de su primer libro de cuentos (Rocanrol), escribe una novela sobre "una banda de rock clashera entre México DF y Buenos Aires", conduce su programa de radio Sonidero FM (
www.atomika.com.ar, todos los martes a las 21.00) y se prepara para la salida de Beat Zombie, el primer álbum de Misterio, la banda que integra con su hijo Astor.
Rotman, en tanto, no le va en zaga: Mimi Maura ya tiene listo un nuevo trabajo, Cienfuegos está con todas las ganas de resucitar ("increíblemente, nos hemos juntado a ensayar más de dos veces seguidas en un mismo año, y los temas para un posible disco nuevo surgen con fluidez") y Los Sedantes, el grupo de covers que conforma junto a su esposa, está dando sus primeros pasos en el circuito porteño. Vicentico, por su parte, ultima los detalles del sucesor de Los rayos (2004), a editarse en los próximos meses, y se prepara para ser padre por segunda vez.
Pero la gran pregunta sigue sin respuesta. ¿Se juntan o no los Cadillacs? Con tanto asunto periférico que atender, y teniendo en cuenta la buena onda entre los integrantes, la reunión parece ser más una cuestión de agenda que de voluntad. Sin confirmar nada ni mucho menos poner fechas o anunciar planes concretos, las cabezas visibles del grupo coinciden en dar a entender que, más temprano que tarde, los tendremos de vuelta sobre un escenario. Mientras el cantante declara a la prensa chilena:"Entre nosotros hay una química que funciona", Flavio dice que ganas sobran ("sería otro lindo proyecto... ¡o sería mi proyecto paralelo!") y Rotman –definiendo la filosofía cadillac en lo que al comentadísimo regreso concierne– sentencia: "¿Qué tiene que darse para que nos juntemos? Amor y tiempo... en ese orden".