Por BBC Mundo, BBC Mundo, actualizado: 01/09/2011
La Patagonia argentina se prepara para una invasión de ratones La floración de la caña colihue, que ocurre cada seis décadas, traerá aparejada un fuerte crecimiento de la población de roedores.
Hace tres meses la ciudad de Bariloche, en el sur de Argentina, quedaba parcialmente enterrada por las cenizas del volcán Puyehue, lo que paralizó la actividad en el principal centro turístico de esa región patagónica.
Apenas recuperándose de ese fenómeno inesperado, Bariloche espera ahora un segundo aluvión inusual, pero esta vez en la forma de roedores.
Las autoridades prevén que a partir de septiembre habrá un fuerte incremento en el número de ratones de una de las variedades más comunes de la zona: el llamado colilargo o laucha.
La inusitada proliferación de estos roedores, y de otros como el ratón pelilargo, podría multiplicar por diez o más la cantidad habitual de lauchas en la región.
Voceros de la municipalidad de Bariloche explicaron a BBC Mundo que el aumento se debe a un fenómeno natural, pero poco frecuente: la floración de la caña colihue, un tipo de bambú presente en grandes extensiones de la Patagonia.
En 2010, el colihue dio flor por primera vez en 60 años y este año la planta desprende sus semillas, que son un alimento muy codiciado por los colilargo, que se alimentan exclusivamente a base de semillas.
Larisa Beletzki, vocera del Parque Nacional Nahuel Huapi -un área natural protegido dentro del cual está Bariloche- dijo a este medio que la caña colihue ocupa unas 100.000 hectáreas de las cerca de 750.000 que conforman el parque.
Debido a esa magnitud, se cree que la abundancia de alimento para las lauchas hará multiplicar varias veces el número de roedores en la zona.
Prevención
El aumento en la cantidad de ratones ya es visible al sur de Bariloche, en la región del Río Manso, donde los pobladores debieron cavar zanjas para frenar el avance de los roedores en algunas partes.
Pero a pesar de que las autoridades de Bariloche se preparan para una posible invasión de ratones en las zonas aledañas a bosques, no se muestran preocupados por el fenómeno.
'A diferencia de lo que pasó con las cenizas del volcán, que fue inesperado, este proceso natural fue anticipado, y por eso pudimos implementar muchas tareas de prevención', señaló Beletzki.
Una de las primeras cosas que hizo el Estado fue conformar, a mediados de 2010, una mesa interinstitucional, donde biólogos, veterinarios, autoridades de los parques y expertos en comunicación, entre otros, planificaron una campaña de concientización sobre lo que iba a ocurrir tras la floración de la caña colihue.
Los expertos no necesitaron buscar información de hace seis décadas para estudiar cuáles fueron los efectos de la última floración.
Basaron sus recomendaciones en lo ocurrido en una población cercana, San Martin de los Andes, que en 2001 vio florecer sus propias plantaciones de caña colihue, y tuvo un consecuente aumento (del 1000%) en el número de ratones.
El temor al hantavirus
Renato Ponce, director de Defensa Civil de Bariloche, dijo a BBC Mundo que las principales tareas de prevención apuntan a evitar que un aumento en la población de ratones incremente también los riesgos de contagio humano del hantavirus, un mal que ataca los pulmones y puede ser fatal.
En ese sentido, Ponce resaltó que la última vez que se produjo este fenómeno en Bariloche, la población era tan sólo de 5.000 habitantes, mientras que ahora unas 140.000 personas viven en la zona.
No obstante, Beletzki recalcó que las lauchas son animales silvestres y que sólo las personas que habitan en zonas boscosas están en riesgo.
Las principales medidas de prevención que se enseñan a los habitantes tienen que ver con técnicas para sellar los hogares de manera de que no entren los roedores, que suelen medir menos de 10 centímetros (o hasta 25cm con cola).
Otra recomendación es sellar todos los alimentos y ventilar bien los espacios cerrados, ya que el hantavirus es altamente sensible al sol y al aire fresco.
Las trampas para ratones y las zanjas son la opción más extrema, en caso de que la presencia de ratones sea muy numerosa.
Las autoridades de Bariloche dijeron a BBC Mundo que desconocen cuán grande podrá ser la invasión de lauchas, pero aseguran que en un plazo de dos meses el problema habrá acabado.
Habrá que esperar otras seis o siete décadas para que se renueve el fenómeno ya que los expertos prevén que para el año próximo la cantidad de ratones volverá a ser la habitual e, incluso, podría ser menor a la normal.
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