Un estudio realizado por la consultora especializada en antivirus y antispam Trend Argentina, reveló que el spam (envío de mails con publicidad no solicitada) en castellano, especialmente diseñado para nuestro mercado local —donde es ilegal— creció este año un 42 por ciento. Consultados por Clarín, especialistas de las empresas más importantes de antivirus y antispam como Dast Informática (representante de Panda en la Argentina) y ESET (representante del sistema antivirus NOD32 en Latinoamérica) coincidieron en que hay un aumento del correo basura en castellano, y hasta adviertieron que la cantidad de spam en castellano podría ser aún mayor.

Para los usuarios de e-mails, además de las variantes consolidadas del 'correo basura' en inglés, chino y ruso, ahora se les suman los spam en castellano. "Un usuario promedio puede recibir entre 20 y 40 correos diarios de spam si no cuenta con un filtro para detenerlos. Y sobre un total de 55 correos que maneja diariamente, un usuario de empresa sólo recibe 15 correos productivos. Y a nivel de usuarios hogareños seguramente esta cifra aumente", explica Maximiliano Cittadini, de Trend Argentina.

Entre las posibles causas de este incremento se destaca la reactivación laboral del país: "Resulta común ver spams relacionados con la postulación a puestos de trabajo y petición de currículums", comenta Cittadini.

Pero también otros temas que están "a la moda" son utilizados para invadir masivamente las casilla de mails con "venta de celulares desbloqueados, cámaras digitales, vinos y reproductores de mp3".

"Y es que se suma otro problema: están creciendo en el país los spammer (los que envían los mails)", advierte Cristian Borghello, de ESET, quien detalla que las consecuencias de hacer spam las absorbe el que recibe el correo: espacio en el disco, consumo de banda ancha, pérdida de tiempo, casillas de correo electrónico saturadas y papeleras de reciclaje desbordadas.

Y como si esto no bastara, la distribución del correo no deseado puede multiplicar exponencialmente el riego de sufrir ataques de virus, ya que infectan las máquinas simulando ser propagandas convencionales.

En el 2003, el spam era un "problema ignorado" que simplemente afectaba el tráfico de los correos electrónicos. No era considerado un problema de seguridad —como lo es hoy en día—, y sólo representaba el 50 por ciento del tráfico total del correo electrónico global. Pero a comienzos de 2005, el tráfico total del spam alcanzó el 80 por ciento del mercado, ayudado por el crecimiento de la banda ancha.

Según datos de la consultora Prince&Cooke, diariamente se envían en el mundo 13.200 millones de mails que pueden clasificarse como spam. El 23,1% proviene de computadoras de EE.UU. y un 21,9%, de China. En la Argentina, se estima que el flujo de spams diario es del 1,95 por ciento (unos 250 millones).

Si bien la mayoría de los mensajes no solicitados ofrecen remover su mail de la lista de mailing, muchas veces, "esto es un método de trampa y el usuario en verdad lo que está haciendo es validar que la cuenta de correo existe", dice el especialista antispam de Trend, Cittadini.

Casi tres décadas después de la creación del spam, todos los usuarios de Internet son sus víctimas. Pero lo más preocupante es que nadie sabe qué hay que hacer para detenerlo.


En el país ya hay dos condenados


Por primera vez en la Argentina la Justicia condenó este año a dos personas por enviar correos spam. Deberán hacerse cargo de las costas del juicio, que suman casi 8.000 pesos.

Los abogados Gustavo Tanús y Pablo Palazzi, especialistas en protección de datos personales, recurrieron a la Justicia hartos de recibir correo basura, sin conseguir que el remitente accediera a sus pedidos de no enviar más publicidad y remover sus direcciones. Los mensajes provenían de la empresa "Publicc Soluciones Informáticas", promocionando un CD con bases de datos.

Y como en el Congreso se presentaron dos proyectos de ley sobre spam, aún no tratados, los demandantes se ampararon entonces en la Ley de Protección de Datos que establece que quienes los reciben, tienen derecho a pedir ser removidos de la base de datos; de no lograrlo, pueden iniciar una acción de hábeas data.

Las pericias probaron los daños causados por el spam debido al tiempo que toma descargar los mensajes, seleccionarlos y borrarlos; y el costo de recepción y procesamiento.