Infobae.com recopiló las increíbles historias que consultoras de personal revelaron sobre aquellos que, tras acordar el comienzo de un trabajo, argumentan situaciones ridículas. Conozca los casos que reflejan al "vago argentino"
Hasta hace no mucho, por la crisis económica y el desempleo en los máximos que recuerde la historia de la Argentina, conseguir trabajo era casi una bendición, que debía cuidarse en todos sus detalles: desde el currículum y la entrevista inicial, hasta la vestimenta y el cumplimiento del horario estipulado por la empresa contratante.
De aquellos días, seguramente muchos recuerden las largas colas de gente con diarios en la mano esperando una oportunidad, rezando por un llamado, festejando el haber tenido éxito en cada una de las etapas de la selección o llorando los fracasos.
Recuperado parcialmente el empleo, la experiencia de las consultoras se vio modificada. Hoy, no hay tanta demanda como en la recesión y crisis, pero además, hay postulantes que se dan el lujo de rechazar cuanta oferta se le haga, impartiendo las más imaginativas excusas o demostrando alta resistencia psicológica al esfuerzo laboral.
El que sigue es parte de un texto que recibió por mail una consultora de parte de un postulante elegido para un cargo medio –no ejecutivo- en una empresa ubicada en el microcentro porteño:
“No te llamé porque ya sé lo que me vas a decir... (...) la verdad es que me iba a presentar. Fui al lugar, hay un mostrador, una persona de seguridad, no te miento, fui. Pero no tenía donde dejar el auto, di dos vueltas, y lo dejé en la calle. Iba a entrar a la empresa pero... Mirá, no voy a empezar el trabajo porque la empresa no tiene estacionamiento”.
“Recibimos todo tipo de excusas, algunas realmente insólitas. Desde ‘nunca me avisaron que hoy tenía que empezar’ hasta que te corten el teléfono porque conocen el ID de la empresa, o me digan lisa y llanamente ‘no me gustó la cara del dueño’”, dijo la Lic. Viviana Rossi, de la consultora homónima ubicada en la Capital de Córdoba.
Rossi indicó que el proceso de selección incluye “una primera entrevista de expectativas donde se plantea remuneración, lugar, horario, cómo es el trabajo, luego se hace una entrevista con la empresa, un psicotécnico y preguntamos específicamente si tienen otro trabajo, no les interesa o están en otra búsqueda, para no seguir adelante”.
Pero “nos encontramos con todo tipo de respuestas, desde la más común que es ‘ya conseguí’, hasta las más imaginativas. Una que recuerdo mucho es la de un desempleado que dijo: ‘No puedo empezar a trabajar porque me tengo que ir de vacaciones’ y otro que nos dijo directamente ‘no encontré la calle’”, señaló.
Rossi se quejó del “tiempo que te hacen perder algunos”. “Vienen con novia a las selecciones, o no se presentan el primer día y al llamar a la casa los padres dicen ‘no sé nada de mi hijo’. Se cree que la búsqueda de personal es algo fácil, pero hoy se ha transformado en algo difícil".
El psicólogo Mario Luna Arguello, de la consultora Fuena de la provincia de La Rioja, dijo que la experiencia tiene que ver con el nivel de necesidad. “Cuando las personas no quieren trabajar, tiene que ver con una gran dependencia, pero, además, porque pueden ser mantenidas por el esposo, esposa, mamá o papá”, puntualizó.
“Lo más común es que mientan o somaticen el lunes, que tienen ataque de hígado, dolor de cabeza o estado gripal, y a veces, se nota que es un poco de teatro”, contó.
Cecilia Sepúlveda, de la firma neuquina Daniel Alonso y asociados, relató otro caso: “Una de las excusas más insólitas para no empezar a trabajar que escuché fue que la de una mujer que dijo que no iba a trabajar porque le quitaba tiempo para cocinar; hay gente que ha venido a una entrevista de selección con la mujer embarazada y ha estado 40-50 minutos haciendo tests con la señora al lado”.
Adriana Di Medio, a cargo de selección de Marcelo Alvarez y Asociados SRL, confesó que no puede olvidar una de las excusas más macabras que le han interpuesto para abandonar un trabajo recién iniciado: “una promotora en un supermercado comenzó su trabajo y al día siguiente faltó. Me llamó el supervisor y me dijo que me comunicara con ella porque había fallecido la madre. La llamo a la casa y me atiende una mujer. Le pregunto por la chica y ahí se me ocurrió preguntarle de paso con quién tenía el gusto de hablar. Me dijo: soy la mamá”. “Esta chica vino después, para dar la baja, y no me pidió disculpas. Yo le di mis condolencias”, dijo.
Di Medio contó: “Tuve casos de promotoras que me dijeron que no empezaban o dejaban porque ‘la mamá se iba de viaje y tenían que cuidar a un hermanito’”. ”Pienso que tiene que ver con la educación, creo que fue empeorando con los años. Cuando fue la debacle de 2000-2002, había una excusa, ahora hay que poner la excusa porque hay trabajo y tiene que ver con que en el fondo, hay gente que no trabaja porque no quiere, no lo necesita, o tiene algún problema psicológico”, dijo Di Medio.
Otra firma de selección dijo que pese a que se les informa explícitamente el sueldo, el horario, el tipo de trabajo y la ubicación, “hay muchos que dicen, no empiezo porque me queda lejos de mi casa; porque estudio y no puedo trabajar y estudiar, porque el tipo de trabajo no va con mi perfil aunque nunca hayan trabajado antes”.
Sea la causa que sea, quizás lo peor de no empezar un trabajo en el que se ha comprometido tiempo para una selección es que en muchos casos, se quita la posibilidad de ingreso a otro postulante con verdadera necesidad o compromiso y que compitió en la misma búsqueda.