Una vacuna para prevenir el desarrollo del cáncer de cuello uterino y las verrugas genitales obtuvo ayer la aprobación de la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT). La podrán recibir en tres dosis mujeres entre los 9 y los 26 años.
El producto, que había sido autorizado en los Estados Unidos el 8 de junio por la autoridad sanitaria nacional, fue desarrollado para defender al organismo contra ciertas cepas del virus del papiloma humano (VPH). Este virus puede transmitirse de una persona a otra por medio de contacto sexual. Algunas cepas virales pueden ser riesgosas.
Por eso, la vacuna (que no contiene el virus vivo) está preparada para atacar las cepas 16 y 18 del virus del papiloma humano, que resultan ser el agente causal del 75% de los cánceres de cuello uterino, según explicó a Clarín Silvio Tatti, responsable del Servicio de Patología Cervical del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires. De esta manera, la vacuna actúa para prevenir el cáncer de cuello uterino y las lesiones precancerosas.
Además, la misma vacuna sirve de protección contra las verrugas genitales. Porque incluye las cepas 6 y 11 del VPH, que son las agentes causales del 90% de las verrugas genitales, un problema que sufren entre el 1 y el 2% de la población de mujeres.
El impacto de la vacuna podría ser alto. En especial, si se consideran las estimaciones de mujeres afectadas por cáncer de cuello uterino: 33 por cada 100.000 mujeres sufren la enfermedad que avanza de la mano de la pobreza (sus factores de riesgo son la promiscuidad sexual, la falta de educación y las bajas condiciones socio-económicas). Así, se mueren 11 mujeres por día por este cáncer, que si se trata a tiempo puede ser controlado.
Entonces, el impacto de la primer vacuna contra el virus del papiloma humano para prevenir ese cáncer dependerá —en gran medida— de su precio, que limitará el acceso a su beneficio. "Creo que la vacuna debería incluirse en el calendario oficial —opinó Tatti—. Su impacto epidemiológico se vería en diez años: se bajará la cantidad de mujeres que desarrollen la enfermedad de cáncer de cuello uterino y habrá menos muertes" .
En cambio, el oncólogo Felipe Galmarini, director de la carrera de especialista en oncología de la Facultad de Medicina de la UBA, fue más cauto: "Se trata de una vacuna dirigida contra un agente que puede desarrollar el cáncer de cuello uterino. Puede ser una gran herramienta, pero no debe dejar de evaluarse a la enfermedad en su complejidad".
Según Galmarini, Jefe de la División medicina del Hospital Curie de Capital, "el Estado debería hoy abrir el registro nacional de tumores, para saber realmente cuántas mujeres están padeciendo la enfermedad. A la vez, se necesitan reforzar las campañas de prevención y detección con PAP y colposcopia".
Dos advertencias:
# Aunque reciban la vacuna con tra el virus del papiloma humano, las mujeres no deberán dejar de hacerse el examen anual del Papanicolaou y la colposcopia.
# Si una mujer ya tiene la infección con alguna cepa del virus del papiloma humano y recibe la vacuna, la inmunización no funcionará como tratamiento.
De aplicarse en el país según el rango de edades autorizado, la vacuna podría ser recibida por 5 millones de mujeres de entre 9 y 26 años. Además de los Estados Unidos, el producto ya recibió la aprobación en México, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Brasil. Mucho antes de ser autorizada, hubo algunas resistencias de grupos religiosos que sostenían que la vacuna podía alentar la actividad sexual en adolescentes.
Se trata de una vacuna tetravalente y recombinante. Se aplica en tres inyecciones durante seis meses. La edad ideal para recibir, de acuerdo con los ensayos clínicos que hizo el laboratorio que la elabora, es a los 11 años, acotó el doctor Tatti. Aunque está aún en estudio si la misma vacuna podría servir a mujeres mayores de 26 años. El médico argentino contó que están llevándose adelante varios ensayos que hasta incluyen mujeres de hasta 55 años.
La vacuna que ayer se aprobó en la Argentina, va a ser vendida con el nombre de Gardasil, por Merck Sharp & Dohme, es la primera contra el cáncer de cuello uterino. Tendría otra competidora pronto: el laboratorio GlaxoSmithKline está también desarrollando otra vacuna para la prevención del cáncer cervical.