El cine documental argentino evoluciona de la mejor manera que puede hacerlo, tanto en lo que tiene que ver con su lenguaje narrativo como en la elección de los temas y cómo encuadrarlos como en sus aspectos técnicos. Una nueva muestra de esta realidad es "No tan nuestras", opera prima de Ramiro Longo, que desde hoy se verá todos los jueves de este mes, a las 21, en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543).
Longo repasa el conflicto armado suscitado por la soberanía de las islas Malvinas, el 2 de abril de 1982, cuando tropas argentinas irrumpieron sorpresivamente en el archipiélago, dando pie a una inmediata reacción de Gran Bretaña. Lo hace desde el testimonio del veterano Sergio Delgado, desde su reclutamiento como conscripto hasta su participación en la batalla de Monte Langdom, y tras ser gravemente herido, su experiencia como prisionero de guerra.
A las palabras de Delgado, a la forma en que incluso a través del humor relata lo vivido y sufrido desde la inocencia que le robaron a partir de su incorporación como soldado conscripto, Longo suma una abundante selección de imágenes documentales registradas por la TV local durante el enfrentamiento, así como otras de los mismos ingleses, que permiten reconstruir con mayor realismo, lo ocurrido en esos dos meses que se pagaron con más de seiscientas vidas en medio del frío austral y más de trescientas -suicidios- como secuela de heridas que, todavía, siguen abiertas. Se lo ve a Leopoldo Fortunato Galtieri, exultante en los primeros días tras el "Si quieren venir, que vengan, les daremos batalla"; a Mario Benjamín Menéndez, a Margaret Thatcher, a Juan Pablo II en su visita por la paz, los spots de TV "¡Argentinos, a vencer!", y hasta la maratón patriótica que por ATC condujeron Pinky y Cacho Fontana en busca de fondos para ayudar a las tropas en el frente que, por lo relatado, nunca llegaron a destino. Son muy interesantes los recuerdos de Delgado, en especial los que tienen que ver con cómo vivieron ellos, los soldados rasos, el bombardeo a la distancia (el zumbido de los misiles, que compara con el sonido que hacían las tortas voladoras de Los Tres Chiflados), el robo de varias piezas de bondiola embebidas en combustible y, en su caso particular, las heridas que sufrió en las piernas, un corte en el nervio ciático del que todavía hoy se recuperó. En este mismo sentido otra curiosidad es la inclusión de un documental inglés en el que se ve cómo él mismo ya prisionero fue sometido a una cirugía de urgencia en un quirófano de campaña británico, antes de ser trasladado al buque Uganda, paso previo a la repatriación, como el resto de quienes combatieron, sin el reconocimiento que merecían y, que más de dos décadas después, todavía siguen esperando.