http://www.clarin.com/diario/2006/12...ad/s-02815.htm
Faltan leyes, pero hay formas de ayudar con el reciclado
A diferencia de los países de la Unión Europea, la Argentina todavía no dispone de una ley que permita prevenir el aumento en la generación de residuos eléctricos y electrónicos ni que promueva la reutilización y reciclado de este tipo de residuos.
En el Senado de la Nación hay dos proyectos de ley que apuntan directamente a esta cuestión, pero para su tratamiento falta bastante, según reconocieron a Clarín en la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Cámara Alta.
"Ninguno de los dos proyectos cuenta siquiera con dictamen favorable", dijeron las mismas fuentes.
Las que sí ya funcionan a pleno son algunas organizaciones no gubernamentales que reciben como donación computadoras, monitores e impresoras obsoletas o rotas. En sus talleres las reacondicionan como si fueran un service técnico y, después, las donan a escuelas.
La Fundación Equidad, y las ONGs Va de Vuelta y María de las Cárceles son algunas de las entidades que tienen programas de este tipo.
Adriana von Kaull, presidenta de María de las Cárceles, dijo que tienen un taller de reparación de computadoras en la unidad 32 de Florencio Varela.
"El taller funciona gracias a los equipos de rezago o rotos que nos donan. Todos los internos que trabajan allí aprendieron el oficio en cursos que dictaron profesores de la Universidad Tecnológica Nacional", explicó von Kaull.
Sólo este año "María de las Cárceles" reacondicionó equipos suficientes para equipar 320 escuelas del interior. "Les entregamos computadoras a todas las escuelas del interior que nos piden", contó a Clarín Adriana von Kaull.
Para donar equipos fuera de uso a esta ONG se puede escribir a
info@mariadelascarceles.org.ar o llamar al celular (15) 5475-2523.
MEDIO AMBIENTE : CONSECUENCIAS INDESEADAS DEL BOOM DEL CONSUMO
En sólo un año se duplicó en el país la cantidad de basura electrónica
En 2006 quedarán en desuso 800.000 PC, 400.000 monitores, 2.000.000 de teclados y 3.000.000 de mouses. Estiman que habrá 35 mil toneladas de chatarra, contra 18 mil del 2005.
Parecen cantidades del primer mundo, pero son criollas: en 2006 en la Argentina quedarán en desuso 800.000 computadoras, 400.000 monitores, 2.000.000 de teclados y 3.000.000 de mouses, según la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines (CAMOCA). La entidad, incluso, estimó el peso de los equipos electrónicos que este año se transformarán en chatarra: 35.000 toneladas. En 2005 se habían generado 18.000 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). En otras palabras, en apenas un año prácticamente se duplicó la generación de este tipo de desechos.
El panorama puede ser aún peor. Ecogestionar, una consultora especializada en asesoría ambiental, calculó que si suman los artefactos de línea blanca (heladeras, microondas), de línea gris (audio y video) y de línea marrón (televisores) que quedaron en desuso, en realidad este año se generaron 80.000 toneladas de RAEE.
"En 2006 los argentinos estarán tirando 2 kilos por habitante de residuos de este tipo", razonó Gustavo Fernández Protomastro, director asociado de la consultora Ecogestionar.
Los aparatos electrónicos tienen un ciclo de vida y, tarde o temprano, quedan obsoletos o se rompen y pasan a ser chatarra. El promedio mundial de vida de una PC es de 5 años y de 2 años para un celular.
El problema es a dónde van a parar estos desechos. A causa de la ausencia de una ley específica —hay dos proyectos en estudio en el Senado— nadie sabe bien qué hacer con las computadoras, faxes, celulares y monitores que se rompen o quedan obsoletos.
"Es cierto que una gran parte de estos desechos no van a la basura y van a parar al sótano o a una baulera", dijo Carlos Simone, gerente de CAMOCA. Y agregó: "Pero hay otra parte que sí se tira y termina en basurales o rellenos".
Ahí esta justamente el problema. Es que en los residuos de aparatos electrónicos hay sustancias altamente tóxicas, como cadmio, plomo, níquel, fósforo, plásticos bromados y mercurio.
"Si las piezas van a parar a un basural, allí entrarán en contacto con residuos orgánicos que las irán degradando y producirán el desprendimiento de las sustancias tóxicas", detalló Karina Gómez Aguirre, médica ecotoxicóloga de la Universidad Nacional de La Plata y el INTA.
Veamos el caso del cadmio. "Afecta el hígado, los riñones y el corazón, produce hipertensión arterial y empobrece la calidad de los espermatozoides", informó Gómez Aguirre. ¿Y el plomo? "Entre sus efectos se cuentan el riesgo de aborto y el daño del sistema nervioso central del feto. En los adultos puede causar anemia y aumento de la presión arterial"
Un simple monitor puede tener entre 800 gramos y un kilo de plomo. "En el hombre, una vez que se contamina, el plomo persiste a lo largo de toda su vida", dijo Karina Gómez Aguirre.
La única solución que se conoce para evitar la contaminación con estas sustancias son las plantas en las que se recuperan los componentes de los artefactos electrónicos. En la Argentina solo hay dos chatarreras electrónicas registradas en la Secretaria de Medio Ambiente, Silkers y Botrade.
En esas plantas se separan los plásticos, los metales y los circuitos de los artefactos eléctricos y electrónicos. "El reciclaje de los viejos aparatos electrónicos ahorra recursos y protege el medio ambiente. Hoy ya se habla de minería urbana: en lugar de obtener los metales de las montañas, con el alto impacto ambiental generado por la extracción de oro o cobre de la roca, se puede obtener un porcentaje creciente del reciclado y refinado de metales", contó Gustavo Fernández Protomastro.
En los circuitos de los artefactos electrónicos hay metales como oro, plata, paladio, iridio, germanio y cobre. "Una tonelada de computadoras (equivalen a unas 83 máquinas) tienen entre 200 y 300 gramos de oro. Y una tonelada de monitores tiene entre 150 y 200 gramos de oro", explicó Fernández Protomastro.
En realidad en esas plantas no se extraen los metales preciosos. Simplemente separan y exportan las piezas que los contienen a otros países, donde se las funde a altísimas temperaturas y se vuelven a formar lingotes de esos metales. A diferencia del papel, que solo puede reciclarse entre tres y ocho veces, el oro y el resto de los metales preciosos pueden reaprovecharse infinitamente.