La guerra contra la piratería: otra vez SOPA
En estados Unidos, la lucha del copyright en Internet alcanza un punto crítico con una iniciativa retrógrada de la industria del entretenimiento
Hay una guerra fría. La excusa es el petróleo del siglo XXI: el copyright. Hay varios campos de batalla. Tal vez el más resonante sea el parlamento de los Estados Unidos. Allí, los grandes conglomerados de la industria cultural -encabezados por RIAA, MPAA- gastaron en 2010, según SunlightFoundation.com, 185 millones de dólares en lobby para convencer a senadores veteranos de que Internet es un tenebroso nido de piratas, pedófilos y traficantes; de que la red es culpable de todas sus desgracias y debe ser controlada de inmediato.
El cénit de estas intentonas es SOPA (Stop Online Piracy Act). SOPA cumplimenta la DMCA (Digital Millennium Copyright Act), una ley de los Estados Unidos incluida en tratados internacionales que puede sonar conocida: en los videos de YouTube que no están disponibles por cuestiones legales, suele leerse la sigla DMCA. Así los tenedores de copyright pueden reclamar a un sitio que bajen contenido antes de iniciar una demanda. Para evitar un juicio, los dueños de los sitios eliminan el contenido sin chistar. Aun cuando la DMCA es resistida, SOPA pretende ir más allá: que los proveedores bloqueen los dominios, que las empresas de hosting eliminen el sitio, que se interrumpa toda publicidad junto con cualquier método de pago en pos de ahogar financieramente al acusado y, finalmente, que se remueva todo enlace al sitio. Con celeridad, histeria y sin juicio. Reclamo de copyright sobre un video casero de un niño bailando Luis Miguel, y YouTube desparece. Bueno, obvio que YouTube no corre peligro, pero los ignotos potenciales youtubes serán tan sólo algunos de los daños colaterales de esta guerra contra lo que creativeamerica.org cataloga sin matices como "robo de contenido".
SOPA contó, además, con apoyo de Apple, Microsoft y Adobe, que luego recularon. Despertó, también, voces opositoras. En una carta abierta, Google, Facebook, Mozilla, Twitter, eBay y otras compañías aseguran que SOPA "daría al gobierno mecanismos de censura similares a los que utilizan China o Irán". Wikipedia amenazó con un paro a modo de protesta porque "si SOPA se aprueba, el crimen será enlazar y no la violación de copyright". Vinton Cerf, uno de los padres de Internet, considera que SOPA "no es efectiva para combatir la piratería". Dan Gillmor, reconocido cronista techie, afirma que "las corporaciones quieren convertir internet en una suerte de televisión por cable". El escritor y activista Cory Doctorow sostiene que cada vez más ámbitos de nuestra vida cotidiana son online y, por ende, "ya no hay tal cosa como legislación de Internet; simplemente hay legislaciones".
Aunque surgen propuestas alternativas, como keepthewebopen.com, el debate de fondo real y equilibrado sigue ausente. Mientras, los partes de guerra no paran: hoy ganan unos; mañana, otros.
Fuente