Están las mismas mesas y sillas donde se desarrollaron tantas discusiones trasnochadas. Los que faltan son los tres socios gallegos que, desde 1960 hasta el 23 de junio del año pasado fueron el alma del Bar Británico. En su lugar, ahora está Agustín Souza, el nuevo inquilino del local de Brasil y Defensa que hoy a las 20 reabrirá sus puertas con café gratis para todos los vecinos.
El bar conserva su nombre, que sigue escrito en cada una de las ventanas con las letras rojas de siempre. "Como en una faltaban, contraté al mismo pintor que hizo el resto para que rehiciera las letras como estaban originalmente", cuenta Souza, que asegura que sólo cambió lo indispensable. Como las cerámicas gastadas del piso, ahora reemplazadas por baldosas de granito. En cambio, la boisserie está intacta.
Los ventiladores también son los mismos de hace años, aunque conviven con un poderoso aire acondicionado. Detrás de la flamante barra, hay un enorme mueble de madera, hecho al estilo de los bares antiguos. Y la cocina también fue renovada por completo. "Incorporamos una chopera y se van a servir minutas. El café va a costar $ 3", dice Souza, como para desmentir a quienes creyeron que el bar reabriría con precios para turistas extranjeros.
"Hacerme cargo del Británico es una gran responsabilidad —insiste—. Me tranquiliza saber que los vecinos quieren lo mismo que yo. No vengo a cambiar nada, sino a salvar lo que se pueda. Venía al bar y me gustaba, pero estaba muy caído y pensé que se lo podía mejorar".
Los vecinos de San Telmo se opusieron hasta el final a que el Británico cambiara de manos, temiendo que perdiera su espíritu. Pero sus protestas no lograron cambiar la decisión del dueño del local, Juan Pablo Benvenuto, que no quiso seguir alquilándoselo a los gallegos.
Ahora, un cartel enmarcado y colgado en el reservado recuerda una muestra fotográfica que se inauguró en el bar durante los días de lucha vecinal. "Los ojos del Británico no se cierran", proclama.
En esta nueva etapa, el Británico volverá a abrir las 24 horas. Por eso, Souza promete que después de la reinauguración de hoy a las 20, no volverá a cerrar: "Este bar ya estuvo bastante cerrado", dice.