Los visitantes que acuden a disfrutar las increíbles vistas en el Gran Cañón tendrán ahora una espectacular opción: una pasarela de observación con piso de vidrio que les permite mirar 1.200 metros al abismo.
El Skywalk, que será inaugurado el próximo martes, ya fue elogiado como una maravilla de la ingeniería. La herradura de cristal y acero se extiende 21 metros más allá del borde del cañón sin soportes visibles, tanto por encima como por debajo.
Por 25 dólares, los visitantes podrán mirar directamente a la base del Cañón del Colorado desde una altura mucho mayor que los edificios más altos del mundo.
Los indios Hualapai, que viven cerca del cañón, permitieron a un contratista de Las Vegas construir el Skywalk - que costó 30 millones de dólares - con la esperanza de crear una atracción única en su parte del cañón.
Esperan que el público acuda en grandes cantidades al lugar, desafiando el escarpado terreno, para caminar por el mirador transparente.
El Skywalk, esperan, se convertirá en la pieza central de una industria turística que incluye giras en helicóptero, balsas en los rápidos del río Colorado, un pueblo de vaqueros y un museo de réplicas de casas indias.
De acuerdo con el arquitecto Mark Johnson, el Skywalk, cuya construcción duró dos años, soportará el peso de varios centenares de personas a la vez y vientos de hasta 160 kilómetros por hora.