EMPIESO YO
ES SIMPLE LO MIO
El 29 de julio 2004, un e-mail anónimo alertó al Departamento de Agricultura de EE.UU. sobre que se acercaba a Nueva York un barco que transportaba una carga de limones argentinos contaminada con una peligrosa sustancia biológica. La Guardia Costera de ese país detuvo el barco con la partida de limones y se resolvió destruir la carga, compuesta por cinco contenedores con 125 toneladas de limones tucumanos, que iban rumbo a Montreal, Canadá. El cargamento era exportado por orden y riesgo de la compañía comercializadora Pampa Store. Tras diversos análisis realizados en el cargamento, el Departamento de Estado norteamericano tuvo que pedir disculpas formales a la Argentina, cuyas autoridades habían elevado una queja por el episodio. Un informe del Departamento de Estado enviado a las autoridades argentinas detalla el proceso realizado a los cinco contenedores. Primero se los congeló, para matar cualquier posible virus. Luego, los contenedores fueron sometidos a altas temperaturas, de unos 200 grados, para aniquilar su posible contaminación con la temible bacteria ántrax. Según el informe, comenzó a brotar por algunas hendiduras un jugo viscoso y amarillento. Se supo, luego de un análisis, que la sustancia era simplemente jugo de limón. El propietario de Pampa Store, Federico Piccone, quien cotizó en U$S 70.000 la partida de limones que perdió, anunció que iniciará una demanda judicial contra las autoridades estadounidenses por daños y perjuicios.