¿Pero es que no queda nada sagrado en ese planeta? ¿Ni siquiera esos momentos cuando te sientas en el inodoro para jugar a la Nintendo DS o leer el periódico sin ser molestado? Pues resulta que no. No si eres inglés y te llamas Paul Stender, el tipo que ha fabricado el wáter portátil más rápido del mundo con un motor de reactor Boeing y 7.400 euros. Alcanza una velocidad punta de 112 kilómetros por hora y hecha fuego por el escape de atrás.