Concedido, morís, llegás al infierno y allí te tienen un castigo preparado, el jugar al fútbol descalzo sobre una cancha de brasas ardientes durante toda la eternidad.
Deseo que mi novia me entregue la cola, si, el "tarro", en fin, no me mezclen el deseo con la cola de un perro ni nada de eso, la cola de mi novia, ya saben cual.