El protagonista del nuevo Prince of Persia no tiene nada que ver con el héroe de las Arenas del Tiempo, de hecho ni tan siquiera es príncipe al inicio de la aventura. Seremos un vulgar aventurero, con mucho de listo y algo de canalla que, involuntariamente, se verá envuelto en una fenomenal aventura que en muchas ocasiones parecerá superarle. El mundo en el que vive, todavía sin bautizar públicamente por parte de Ubisoft, está siendo salvajemente atacado por algo que sus creadores denominan misteriosamente como “La Corrupción”, una suerte de sustancia oscura muy similar al alquitrán que, como su propio nombre indica, está corrompiendo este antaño pacífico universo. El motivo de este enemigo no corpóreo es la lucha entre dos deidades, una de la luz y otra de la oscuridad, que está asolando la tierra.