Boca-River, otra vez entre lo mejor del deporte mundial
Seleccionaron
"los eventos deportivos ineludibles". Como en otras ocasiones, el Superclásico figura junto a los Juegos Olímpicos, Barcelona-Real Madrid y Nadal-Federer.
La lista completa Fuente: Télam
El diario
Mundo Deportivo de España realizó la selección de las "60 citas que un aficionado no debe perderse" y entre ellas seleccionó al Boca-River.
El
superclásico argentino fue seleccionado varias veces como
uno de los eventos que un fanático del deporte y del fútbol en particular no puede perderse.
Pero sigue sorprendiendo que continúen eligiéndolo como uno de los hechos deportivos que año a año los aficionados deben tener en cuenta para acercarse a verlo.
Los eventos que siguen a continuación fueron calificados por el diario como "los
ineludibles del deporte mundial".
1. JJOO. Más de 10.000 deportistas de 200 países se citan cada cuatro años en la fiesta deportiva por antonomasia durante 16 días de gloria.
2. Mundial de fútbol. Pese a que los norteamericanos no lo entienden, es la gran fiesta de la afición mundial. Colorista, intensa y global.
3. JJOO de invierno. Más pequeños que su gigantesco hermano veraniego, tienen otro sabor pero siguen siendo mágicos y especiales.
4. Nadal vs. Federer. Preferentemente en una final de Grand Slam, seguramente es lo mejor que el tenis ha dado jamás. Dos estilos contrapuestos e intensidad al límite.
5. Final four de la NCAA. El básquet universitario se vive con mucho mayor fervor que el profesional y la final a cuatro no tiene parangón en cuanto a pasión en la grada.
6. Un partido en Anfield. La catedral futbolística pone la piel de gallina, desde el ’You’ll never walk alone’ hasta la entrega incondicional de un público entregado a un equipo.
7. Etapa de alta montaña del Tour de Francia. El epítome del ciclismo, el sufrimiento máximo en rampas imposibles abrazado por miles de personas entusiastas.
8. Barça-Real Madrid. (o viceversa) Pocos partidos de fútbol polarizan tanto la atención como éste, tanto en lo deportivo como en lo extradeportivo.
9. Un partido de los All Blacks. Todo merece la pena en un equipo con una mística especial, desde la ’haka’ inicial hasta sus ajustadas chombas negras.
10. Super Bowl. El deporte-espectáculo llevado al límite. Hasta el descanso, con show musical de quilates, merece la pena.
11. Mundial de atletismo. Cada dos años la elite del atletismo hace tambalear la tabla de récords.
12. World Series de béisbol. La épica del deporte norteamericano se escribe cada mes de octubre. Mejor verlas con algún entendido al lado para no perder detalle.
13. Masters de Augusta. Un campo impecable trufado de leyendas es el escenario óptimo para el mejor golf en 18 hoyos míticos que nunca son exactamente iguales.
14. Wimbledon. Rancio pero incomparable, la tradición pesa tanto en este torneo que hasta el hecho de tener que vestir de blanco y las reverencias a los Duques de Kent tienen su gracia.
15. Finales NBA. Siempre apasionantes, designan al mejor equipo de básquet del mundo y es el lugar donde se han labrado las leyendas Jordan, Bird o Jabbar.
16. Un partido en Maracaná. La Meca del fútbol merece una visita una vez en la vida, sobre todo por lo que fue en el pasado.
17. GP de Mónaco de F-1. La fatua hoguera del lujo es el aliño perfecto para el circuito urbano más famoso del mundo.
18. GP de motociclismo en Assen. La ’catedral’ de las dos ruedas lo es por algo. Único GP que se disputa en sábado, en ninguna ’pelousse’ hay tanto entendido.
19. Final Champions League. El mejor equipo de Europa se corona en una final en la que se fija medio mundo, y que define el escalafón y el prestigio de los clubs.
20. Partido Boston Red Sox vs. NY Yankees. La cumbre del béisbol, el Barça-Madrid del bate y único partido profesional americano que antepone los colores al show.
21. Título mundial de boxeo en Las Vegas. No, ya no es lo que era, pero el hecho de que tradicionalmente se celebre en un casino tiene su morbo y su distracción si el combate es malo.
22. Copa del Mundo de rugby. Garantiza entrega hasta la extenuación. La ferocidad de los superhombres del balón oval cautiva incluso al profano.
23. Grand National. El hipódromo de Aintree, en Liverpool, alberga la carrera equina más famosa del mundo, que se resuelve siempre por eliminación. Apostar no es obligatorio, pero debería serlo.
24. Open Británico de golf. Como es norma en las Islas, ’The Open’ arrastra una tradición espesa y una liturgia casi religiosa. Viento, lluvia y ’roughs’ amazónicos hacen la vida imposible a los jugadores.
25. Un partido en Rucker Park. Este lugar de Harlem es el Santo Grial del playground o básquet callejero, donde las leyendas de los 60 y 70 jugaban sólo por dinero y ganaban incluso a los profesionales.
26. Maratón de Nueva York. Sólo por el hormigueo de gente en el Puente de Verrazzano ya vale la pena. No es la mejor maratón, pero sí la más famosa y pintoresca.
27. Saltos de Garmisch-Partenkirchen. Si la resaca lo permite, es una excelente opción para disfrutar del Día de Año Nuevo. Vuelos imposibles y calidez del público pese al inevitable frío.
28. Oxford-Cambridge. La primavera inglesa no se entiende sin la regata del Támesis. Aunque las tripulaciones son cada vez menos británicas, ’dark blues’ y ’light blues’ son una sólida tradición isleña. Y verlo es gratis.
29. Final de la Eurocopa de fútbol. Un Mundial a escala en el continente donde el fútbol es el rey y que se convierte en confraternización de aficiones.
30. 500 Millas de Indianápolis. La madre de todas las carreras congrega a 400.000 aficionados que soportan largas horas de carrera a base de perritos calientes y cerveza.
31. River-Boca. (o viceversa)
El cénit del fútbol argentino, con todos los exacerbados componentes pasionales que se le suponen.
32. Torneo de las Seis Naciones. El torneo de rugby por definición mantuvo su clasicismo pese a la inclusión de Italia. Cánticos, pasión y nobleza están garantizados.
33. Final de la Copa Davis. La gran competición por naciones del tenis suele deparar finales subidas de tono, que ponen el contrapunto a la tradicional corrección que se exige a los espectadores.
34. Copa del Emperador de sumo. Mitad deporte, mitad religión, es el torneo de sumo por antonomasia y corona al mejor entre los gigantes adiposos.
35. Juegos Paralímpicos. Para saber verdaderamente hasta dónde puede llegar el espíritu de superación humano, nada mejor que esta competición que, como su hermana mayor, llega cada cuatro años.
36. Triple Crown Surfing. El summum del surf en la Meca de este deporte, la costa norte de la isla hawaiana de Oahu. Jinetes de la tabla que cabalgan olas descomunales ante un público de cuerpos Danone.
37. Calgary Stampede. El rodeo más famoso del mundo y donde el aficionado suele dar gracias a Dios por no haberse dedicado a montar sementales salvajes y toros desbocados.
38. Un partido de los Lakers en fila preferente. Aunque Gasol y Kobe no tengan un buen día siempre se puede estar pendiente de la ’Hollywood row’, con Nicholson a la cabeza.
39. Sydney- Hobart de vela. Esta regata rumbo a Tasmania se considera una de las más peligrosas del mundo. Se celebra a primeros de año y normalmente en condiciones extremas. Recomendable verla por TV para minimizar riesgos.
40. Michigan vs. Ohio State de fútbol americano (o viceversa). Este partido universitario es el que más pasiones desata en este deporte, muy por encima de los partidos de la NFL.
41. La final de la Cup inglesa de fútbol. Esta competición tiene casi 140 años de historia y aglutina casi 700 equipos. El partido que decide el campeón es obligado.
42. Playoff de la Stanley Cup. La final de la Liga de hóckey sobre hielo no tiene el eco de otros deportes norteamericanos, pero sólo por el ruido (los jugadores que se estampan contra las vallas, el rechinar de las cuchillas, los golpes de stick y el crujir de huesos) merece la pena.
43. Duke vs. North Carolina de basket (o viceversa). La rivalidad universitaria por antonomasia. Son, junto con las de la final four de la NCAA, las entradas más buscadas de los EEUU. Y la fiesta paralela que marcan los aficionados de Blue Devils y Tar Heels no tiene desperdicio.
44. Roland Garros. Es seguramente el torneo mejor organizado de los cuatro que componen el Grand Slam y tiene una mística especial, sobre todo para los españoles. Es el centro de la tierra.
45. Mundiales de patinaje artístico. Son uno de los eventos deportivos más seguidos por TV, pero es ’in situ’ donde se ve qué son capaces de hacer estos equilibristas de la cuchilla.
46. Iditarod. Esta carrera de trineos con perros se celebra cada febrero a través de Alaska. Son 1.800 kms a 30-40 bajo cero que arrojan espectaculares imágenes de resistencia al límite. Imprescindible verla bien pertrechado de ropa.
47. Descenso del Sella. Esta regata piragüista de 20 km entre Arriondas y Ribadesella que se celebra en agosto es una auténtica fiesta popular multitudinaria. La buena comida está garantizada.
48. Carreras de Ascott. Da igual si los caballos son rápidos en este hipódromo inglés de Berkshire, aquí se viene o bien a figurar vistiendo indumentarias ridículas y sombreros de siete pisos o bien a reírse de los primeros. Una experiencia divertida.
49. All Star Game de básquet. Más espectáculo que deporte, los concursos de mates y triples son de lo poco competitivo que aglutina un fin de semana repleto de estrellas listas para divertirse.
50. 24 Horas de Le Mans. La quintaesencia de la resistencia automovilística. El hecho de que dure un día entero permite al espectador ir y venir, y dedicarse a otros menesteres.
51. Un partido en Lambeau Field en invierno. Los Green Bay Packers (Wisconsin) son uno de los pocos equipos de la NFL que posee un estadio con raigambre e historia, pero para apreciar el campo en su jugo hay que ir en invierno, a 10-15 bajo cero, verlo cubierto de nieve y a los jugadores resoplando de frío. Si sobrevives es un espectáculo inolvidable.
52. Ironman de Hawái. Un desafío a los límites. Ahora se ha esparcido por todo el planeta, pero el que se celebra en junio en Hawái es el germen y todo un espectáculo.
53. Un partido de los Globetrotters. Sí, prácticamente todo el mundo los ha visto alguna vez, pero será por algo. Este deporte circense cautiva a niños y mayores, y los malabarismos de estos jugadores de básquet nunca dejan indiferente.
54. India-Pakistán de cricket (o viceversa). Dos de los países más poblados del planeta tienen en el cricket su deporte nacional, y la rivalidad de estos vecinos irreconciliables nunca se ve mejor reflejada que en este duelo.
55. Copa de África de fútbol. Cuando se habla de afición colorista, esto es otro nivel. Ningún hincha sabe llamar tanto la atención como los africanos, capaces de pintarse de pies a cabeza con arte y gracia. Que se lo pregunten a los fotógrafos que cubren este evento.
56. Vasaloppet. Esta carrera supone la mayor congregación de esquiadores de fondo del mundo. Más de 40.000 participantes la disputan cada mes de marzo en la localidad sueca de Dalarna.
57. Tough Guy. Estar un poco zumbado es un requisito imprescindible para participar en esta carrera (’tough guy’ significa chico duro) que se celebra en enero en Wolverhampton (Inglaterra) y que consiste en desafiar frío, agua, barro, alambradas y otras perrerías durante varios kilómetros.
58. Campeonatos australianos de natación. El público, eminentemente joven y muy entusiasta, trata a los competidores como si fueran estrellas del rock y se apasiona en la grada. Cuando han bebido lo suficiente suelen cantar éxitos locales como ’Down Under’ de Men at Work.
59. Campeonatos del Mundo de pulso. Se celebran cada año en Uncasville (Connecticut). Dos rivales intentando tumbar el brazo oponente dan para mucho: bíceps descomunales, antebrazos de estibador del puerto, venas del cuello hinchadas y más de una fractura ósea.
60. Il Palio. Esta carrera de caballos que se celebra en la plaza de Siena tiene 400 años de antigüedad y desata un fervor popular casi religioso.