Mal Momento se presentaba en Neuquén... después en Cipolletti (por cambios de la productora del recital) y al final resultó ser cualquiera...
Una verguenza...
Malo por donde se lo mire
Esta nueva visita de Mal Momento a la región seguramente dejó caliente a más de uno, por varios motivos. Sin dudas que los problemas de habilitación de la Kzona surgidos la última semana –completamente ajenos a la productora del espectáculo- y que acabaron por obligar a la cancelación del show previsto para el sábado, fueron un elemento clave para empañar esta visita, largamente esperada por muchos.Pero tampoco hay que olvidar que la presentación de la banda tal como estaba anunciada, jamás se produjo ya que el único miembro que viajó para cumplir con los shows en la región fue el pelado Hermann que simplemente se acompañó de músicos locales para interpretar algunos temas de su repertorio en versiones relentizadas, casi acústicas, algo que el público local tampoco esperaba.
En una rápida maniobra de la organización local, la fecha anunciada para el sábado 16 en el Pub ubicado en Diagonal Alvear 69 finalmente se pasó para el día siguiente en el Centro Cultural de la vecina ciudad de Cipolletti, pero el show fue un fiasco.
A pesar de que las entradas lógicamente también eran válidas para el domingo, la amplia mayoría del público neuquino prefirió que le reembolsaran su dinero, por lo que el lugar estuvo prácticamente vacío. Casi no haría falta decir que entonces en ningún momento se generó el clima que los seguidores de la banda estaban esperando. Un show que podría resumirse como frío, corto y sin onda. Peor, imposible.
El horario de inicio estaba anunciado para las 18 hs, pero el calvo cantante increíblemente terminó subiendo al escenario recién pasadas las 23hs y en un estado físico y mental que tornó la presentación en un bochorno: por momentos no podía ni siquiera hilar dos palabras seguidas y debía ser ayudado por alguno de los chicos de la banda local para poder terminar la canción.
Los encargados de secundar a Hermann fueron los neuquinos de Benders que lo ayudaron a llevar adelante su triste y flaco repertorio de ¿cuánto?...¿10 temas?!!. Las otras bandas teloneras fueron Asstisha –casi un tributo a Carajo- y Rayones. Todas cumplieron pero tuvieron que tocar ante un local vacío.
El recital no duró más de media hora lo que generó comprensibles reclamos y abucheos de parte de los asistentes. La banda tenía que cumplir con su compromiso en Cinco Saltos y ya estaba llegando con atraso. Para calmar los ánimos se les explicó que con la misma entrada también podían ingresar gratis al siguiente show pero por supuesto muchos no contaban con la movilidad necesaria y como además se trataba de un domingo por la noche, otros tantos no podían darse el lujo de acostarse de madrugada.
En fin, una noche para el olvido. También es justo mencionar que en las otras fechas de la gira –Cutral Có y Cinco Saltos- no hubieron mayores problemas y todo se desarrolló con normalidad. Los inconvenientes con el local neuquino en el cual originariamente se iba a concretar el show del sábado, hasta cierto punto pueden entenderse como una excusa ya que cuando hay que reprogramar las cosas sobre la marcha, los resultados pueden no ser los esperados, pero esto bajo ningún punto de vista justifica que el artista se presente completamente intoxicado y con cinco horas de retraso, sin darle mayores explicaciones a la gente que pagó para verlo.
Malo por donde se lo mire