El día después
Por Javier Tejerizo
Hacer un análisis profundo parece algo prematuro, pero los resultados parciales y los discursos de los candidatos de los principales distritos electorales del país, han dejado varios temas para ir reflexionando.
Es imposible no empezar mencionando que el oficialismo ha perdido, casi con seguridad, la mayoría con la que contaba en ambas Cámaras del Congreso de la Nación. En diputados es donde lo sentirán con mayor fuerza, ya que en el senado, esta mayoría, no la alcanzarían por un escaño. En ambos casos, en mayor o menor medida, implicará que el oficialismo deberá aumentar su nivel de negociación y debate con el resto de las fuerzas políticas.
El segundo gran tema será analizar las tendencias decrecientes de los oficialismos en los grandes distritos electorales. Por supuesto del que más se hablará será de la interna abierta del PJ en Provincia de Buenos Aires, donde el peronismo-pro de Francisco De Narváez obtuvo una impactante victoria sobre el peronismo-k; una victoria que impacta no por la diferencia, sería de 0,2%, sino porque el candidato derrotado es Néstor Kirchner y porque Buenos Aires es el distrito electoral más importante del país, con más de 10 millones de votantes. Pero Scioli es uno de los varios gobernadores que han salido golpeados.
En Córdoba Schiaretti sería superado por dos fuerzas opositoras, la UCR y el Frente Cívico (la primera se impondría en diputados y la segunda en senadores, Luís Juez a la cabeza), lo que no sólo implica una fuerte derrota, sino también no acceder a representación en la Cámara de senadores.
En Mendoza, de las provincias con más votantes, es donde el oficialismo ha sufrido la derrota más abultada; el Frente Cívico Federal UCR – CONFE, apadrinado por Cobos, acapararía el 50% de los votos y superaría por más de 20% al FPV, lo que significa un duro golpe para el gobernador de la provincia cuyana, el radical k, Celso Jaque.
En Santa Fe el panorama es símil al de Buenos Aires, pero con un resultado aún más ajustado. Se confirmó la victoria de Reutemann, por sobre el oficialismo, encabezado por Giustiniani, en senadores; y en diputados no se sabrá el ganador hasta contar los últimos votos, ya que la diferencia es mínima (un centenar de votos), pero con una leve tendencia que favorece al Frente Progresista Cívico y Social del gobernador Hermes Binner.
Por último, en la Ciudad de Buenos Aires, de los grandes distritos electorales, es donde mejor posicionado ha salido un oficialismo. El PRO, del Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, se impuso con el 31% de los votos, secundado por un sorprendente “Pino” Solanas, 25%, y el Acuerdo Cívico y Social, 19%, que alcanzó los justo y necesario para que Carrió obtuviera una banca en la Cámara de Diputados. Igualmente, a pesar del paso adelante que ha significado la victoria en diputados, aumentado en un 15% su números respecto al 2007, el PRO ha tenido dos retrocesos: Uno es individual, la figura de Gabriela Michetti no supo atraer la mismas cantidad de votos lograda en las elecciones para Jefe de Gobierno, en la que el PRO alcanzó el 45% de los votos; la segunda es aún más importante, y es interna, ya que con respecto al 2007 la performance en lo que respecta a Legisladores para la Ciudad habría caído abruptamente en un 15%. Esto, tal vez, deberá ser interpretado como un apoyo para la expansión nacional del PRO, pero una advertencia para que no descuide la gobernación de la Ciudad.
Como dije, esto es sólo una primera aproximación, creo que ahora es importante que los partidos se aboquen a pensar en el futuro del país, en comenzar a delinear la aplicación de las propuestas planteadas durante la campaña y no me parece respetuoso que se hable de 2011 habiendo tanto por hacer y teniendo el Bicentenario a unos meses de distancia. Es hora de iniciar el dialogo que no hubo en la campaña, dejar de hablar de la negatividad de la misma para evitar ahondar rencores y abocarse a proyectar una Argentina donde podamos vivir en paz, con dignidad y sin hambre.