Cómo decidió la Argentina enfrentar la gripe A y qué hicieron México y Chile Recién con 42 muertos confirmados se declaró la emergencia sanitaria en Capital y Buenos Aires, aunque sin suspender las actividades. Y sólo se tratan los casos graves o de grupos de riesgo. En paralelo, Chile declaró la emergencia con apenas 3 muertos y trata todos los sospechosos. Cuando sufrió el brote, México paralizó el DF por cinco días.
Las elecciones quedaron atrás y
finalmente se declaró la emergencia sanitaria en la Ciudad y Buenos Aires, los dos distritos más afectados por la gripe A, que en la Argentina ya dejó al menos 42 muertos. Además,18 distritos del país dispusieron ampliar el receso invernal, con lo que durante un mes los chicos estarán sin clases.
En los últimos días se repitieron las
críticas de especialistas porque se demoró la declaración de la emergencia sanitaria y porque no se tomaron medidas más
drásticas para afrontar la pandemia. De hecho, la emergencia sanitaria dispuesta ayer no incluye hasta el momento la suspensión de espectáculos o cierre de lugares públicos donde se producen aglomeraciones de personas, como restaurantes, cines, teatros o shoppings.
¿Qué hizo México, hacia finales de abril, cuando confirmó que 20 personas habían muerto por "gripe porcina"? Declaró el alerta sanitario: se suspendieron las clases en todo el país por 10 días, se ordenó que las misas se dieran sin fieles, el fútbol se jugó sin hinchada, se suspendieron recitales y cines. También cerraron los boliches, y se suspendieron todos los eventos en los que iba a juntarse gran cantidad de gente.
Luego profundizaron las medidas al decretar 5 días de asueto: los mexicanos debían permanecer en sus casas y no ir a trabajar. Sólo supermercados, shoppings y almacenes permanecieron abiertos. Los subtes siguieron funcionando, aunque se instalaron cámaras para detectar la temperatura corporal. Prácticamente nadie salía de su casa sin barbijo.
Con estas medidas, que se extendieron por 17 días, México logró cortar la cadena de contagio. La vuelta a la normalidad llevó un tiempo y, para ello, se recomendó evitar el saludo de beso, mantener una distancia de 2,5 metros entre personas y evitar el contacto físico.
El virus siguió circulando por el mundo y el 11 de junio último la OMS declaró la pandemia de la por entonces ya denominada gripe A. A esa fecha, la Argentina tenía 343 casos confirmados de la enfermedad, sin víctimas fatales. En paralelo, Chile –otro país con el vale la comparación-era uno de los más afectados de la región, con 1.694 casos confirmados y dos muertos.
El 15 de junio se reportó la primera muerte por gripe A en la Argentina. Hoy, dos semanas después, el país suma al menos 42 casos fatales de la enfermedad. En tanto, según el último reporte del Ministerio de Salud, del 26 de junio, hay por lo menos 1.587 infectados, aunque se sabe que esa cifra ya no es real porque no se están haciendo test a los casos sospechosos. Según el último reporte del Ministerio de Salud de Chile, en ese país murieron 14 personas por la nueva influenza y hay 7.342 infectados.
En el medio, las autoridades sanitarias argentinas decidieron cambiar la estrategia para hacer frente a la enfermedad y dedicar el tratamiento y los tests sólo a los grupos de riesgo y los enfermos graves.
Chile optó por un procedimiento diferente para enfrentar a los casos sospechosos. Allí, se dispuso tratar cualquier caso de gripe como si fuera gripe A: es decir, administrarle el tratamiento específico con Oseltamivir, el medicamento indicado para el nuevo virus.
En la Argentina, en cambio, se decidió reservar el stock de medicamentos para los casos graves o de grupos de riesgo.
Consultado por Clarín sobre las medidas adoptadas, el doctor Jorge San Juan, infectólogo del Hospital Muñiz y C oordinador infectológico del comité de emergencias epidemiológicas del Ministerio de Salud porteño, fue contundente: "al final de la pandemia sabremos" cuál de los dos métodos fue mejor.
Cómo decidió la Argentina enfrentar la gripe A y qué hicieron México y Chile
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Habla el médico que dirigió la lucha contra la gripe A en méxico “Fuimos drásticos y rápidos” El doctor Pablo Kuri Morales diseñó las medidas que el Estado azteca aplicó para neutralizar con éxito la epidemia de influenza. Dice que fue clave limitar la vida social. Diferencias con el caso argentino.
Pablo Kuri Morales, médico especializado en el virus de la influenza y asesor de la secretaría de Salud de México, es el arquitecto de las medidas de prevención –tan drásticas como exitosas– que aplicó el Estado azteca para neutralizar el avance de la gripe A a principios de mayo, cuando se desató la epidemia en aquel país. Epidemiólogo y presidente de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, habló con este diario desde Cancún donde se está realizando una cumbre mundial sobre la enfermedad.
–¿Cómo está la situación de la gripe A hoy en México?
–Está bajo control. Sólo se están presentando algunos casos o brotes aislados que son resueltos con medidas focalizadas. El número de casos confirmados al día de hoy es 10.500, aunque sabemos que podría haber más. Defunciones hubo 119 en un país de 107 millones de habitantes.
–¿Cuáles fueron las principales medidas que tomaron?
–La más importante fue el cierre de los lugares de concurrencia masiva: restaurantes, cines, shoppings. Incluso los partidos de fútbol fueron a puertas cerradas. Y, desde luego, medidas personales de prevención, es decir, lavado frecuente de manos, no saludarse ni de manos ni con beso y aquel que tiene síntomas quedarse en casa.
–En la Argentina se tardó casi un mes en tomar las primeras medidas de prevención, ¿cuándo las tomaron en México y cuánto duraron las más drásticas?
–Las tomamos a las tres horas del primer caso y las más serias duraron del 24 de abril al 18 de mayo. Hoy la vida ya está normalizada al ciento por ciento. El virus no va a desaparecer pero lo tenemos bajo control.
–¿La reducción de casos no tiene que ver con el principio del verano en México?
–El factor climatológico ayuda. Como a ustedes los complica que estén en invierno, estación del pico de influenza. Pero, igualmente, con nuestro plan de acción, a tres días de aparecido el virus, empezaron a bajar los casos.
–Las autoridades dicen que no hace falta tomar medidas contundentes como las de ustedes. Los restaurantes, discos, los cines siguen abiertos, ¿cree que es una actitud pasiva?
–No puedo opinar a la distancia. Pero puedo afirmar que las que tomamos acá funcionaron. Priorizamos la salud antes que el costo económico. Países como el suyo cancelaron los vuelos con México. El nuestro no sólo no lo va a hacer, sino que además vamos a ayudar en lo que podamos a países como la Argentina.
–En la Argentina la gente está cada día más asustada, ¿cómo se tomó en México la aparición del virus?
–Hubo algo de temor, pero los mexicanos se comportaron muy bien ante la crisis.
–¿O sea que la gente acató todas las restricciones que se dispusieron?
–Sí. Igualmente, eso se debe a que nosotros somos un pueblo que ha vivido contingencias graves como terremotos o huracanes. Por lo tanto, estamos acostumbrados a seguir las indicaciones sanitarias.
–¿Desde algún sector, político o social, criticaron las medidas?
–Para nada. A grado tal que incluso tenemos elecciones en dos días o tres y se pospuso por un tiempo el inicio de las campañas. Incluso el Instituto Electoral dio tiempo dedicado inicialmente a la propaganda política para difundir información sobre la gripe.
–¿A los argentinos les recomendaría que por su cuenta se prevengan del virus con el énfasis que lo hicieron sus compatriotas?
–Las medidas nunca sobran. Hay que lavarse, cuidar el estornudo y quedarse en casa ante el primer síntoma.
–Aquí el barbijo lo usa una minoría, ¿deberían usarlo todos?
–Nosotros recomendamos el uso del barbijo pero hay que tener en cuenta que no sirve si no se toman otras medidas integrales.
–¿Cómo abordaron el riesgo de contagio en el transporte público?
–En Ciudad de México tenemos un subte que transporta a cinco millones de personas por día. No se cerró pero hubo una campaña de limpieza y desinfección en los vagones y estaciones. A la gente le recomendábamos que usaran barbijo y en todas las estaciones había personal del gobierno entregando alcohol en gel para los que entraban y salían del subte.
–Acá el alcohol en gel ya no se consigue, ¿tuvieron problemas de desabastecimiento de alcohol o de medicamentos?
–No hubo ningún problema de abastecimiento en México. El medicamento para la gripe a (oseltamivir, nombre comercial Tamiflú) forma parte de nuestra reserva estratégica de medicamentos.
–¿Cómo es eso?
–Quiere decir que está a resguardo del gobierno federal por ser estratégico. Por si vivimos una crisis como la que finalmente vivimos.
–¿Y lo vendían en farmacias?
–No, porque intentamos evitar el uso indiscriminado para que el virus no se volviera resistente. El medicamento lo entrega el Estado, de manera totalmente gratuita, sin hacer ninguna diferencia entre mexicanos.
–¿Los hospitales soportaron bien el brote epidémico?
–Muy bien. Se eligieron hospitales de concentración de enfermos de gripe A y no hubo sobrecarga.
–Doctor, sinceramente, ¿cuál es la diferencia, a nivel virulencia, entre la gripe estacional y la A?
–Afortunadamente no es mucha. No es una cepa muy agresiva. El índice de reproducibilidad es igual al de la estacional. Sin embargo, esta gripe nueva puede llegar a mutar.
“Fuimos drásticos y rápidos” - Criticadigital.com