muy bueno yo fui el miercoles y estubo increible!!!
dejo nota de la rockandpop
AC/DC nunca te va a fallar
¿Y ahora qué pasa con AC/DC? ¿Qué va a ser de nosotros sin ellos? Esperamos tantos años para verlos que después de los tres conciertos uno siente un vacío imposible de llenar. La banda, hermética, solamente habló con su música. Nadie sabe hasta dónde tienen pensando llegar. Tal vez no lo hayan decidido aún, pero más de uno habrá emprendido el regreso a casa satisfecho y, a la vez, compungido. Mientras escribo veo como en el estadio se desinflan las gorritas rojas de Angus que brillaron durante tres noches. Esa es un poco la sensación. Varias generaciones de rockeros se han criado escuchando una y mil veces los acordes de
Back in black o
Highway to hell. De hecho, venimos de escuchar tres veces seguidas esos mismos temas que forman parte de nuestras vidas. La campana de
Hell’s bells todavía cuelga sobre el escenario y trato de retener esa imagen para recordarla cuando vuelva a sonar ese tema. Que AC/DC, esa misma banda que en los setenta y ochenta fuera peligrosa, ahora sea tan predecible, le da un significado diferente a este rock que nos ha acompañado durante tanto tiempo. Ya no importa que Angus Young y compañía se hayan convertido en un espectáculo apto para todo público. A esta altura no espantan a nadie. Cuando nosotros éramos chicos muchos teníamos que esconder las fotos de AC/DC en el colegio. Hoy aquellos profesores que nos censuraron están muertos o esperando la hora final en un geriátrico, asustados, tal vez, por acabar en ese infierno habitado por demonios como Angus. Sin embargo, aquellos alumnos hoy son padres y vinieron a Ríver con sus hijos, que se han hecho fans de la banda sin censura previa, crecieron en absoluta libertad rockera. Por eso AC/DC significa lo mismo y, al mismo tiempo, algo distinto para cada una de las ciento cincuenta mil personas que sacudieron la cabeza sin parar mientras Brian Johnson cantaba
Dirty deeds done dirt cheap o
TNT, gemas del AC/DC primitivo, que muchos hemos estudiado como piezas arqueológicas.
Como despedida, quiero repetir algo que hemos comentado varias veces al aire en estos días. La última vez que pude hacer una nota con la banda fue en el año 2000, cuando salía
Stiff upper lip. Fue entonces que Brian Johnson me dijo que en un mundo que se transforma permanentemente la gente necesita de bandas como AC/DC, grupos que siempre van a sonar igual, viejos conocidos que no defraudan, que cumplen con eso que se espera de ellos. Me quedo con esa reflexión: pase lo que pase, AC/DC siempre va a estar ahí, al pie de los cañonazos porque… ¿Hace falta decirlo? Para aquellos que están en el rock, AC/DC siempre los saluda. Nunca fallan.
AC/DC nunca te va a fallar