RIM vivió durante años un largo idilio: ostentando más de la mitad del mercado en los Estados Unidos, sus únicas preocupaciones eran Palm, Motorola, algunos iPaq de HP y uno que otro teléfono extranjero como Nokia. Incluso con la aparición del iPhone no se le veía complicado, pero ahora las cosas han cambiado radicalmente.
Palm despertó de su letargo presentando el Pre y WebOS. Motorola tiene el DEXT, uno de los Android Phones más prometedores del semestre, y los “teléfonos extranjeros” ahora son smartphones buenos, bonitos y baratos ya no sólo de Nokia, sino también de HTC, Samsung y LG por nombrar algunos.
RIM ha perdido participación de mercado por segundo trimestre consecutivo, y su co-CEO James Balsillie dijo que era hora de recuperar su porción de la torta apuntando a un segmento más mainstream. Eso, señores, significa que bajarán los precios y que se viene una guerra de ídems, lo que es muy bueno para nosotros pero tal vez no lo suficientemente bueno para RIM.
Si la empresa fuera capaz de verdad de recortar costos y bajar su precio de USD$200 a la mitad, puede que lo único que consiga sea desperfilarse y perder el segmento corporativo que tanto le ha servido, mientras que el público general siga pasándose a las ofertas alternativas sub USD$100.
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