El Gobierno privatizará la televisación del fútbol Apenas 2 minutos y 10 segundos demoró el ministro Aníbal Fernández en admitir que el fútbol gratis para todos dejará de serlo. En el programa A Dos Voces, de TN,
Fernández explicó que "estamos muy cerquita de terminar esta semana" con la elaboración de los pliegos para el llamado a licitación. Fue enfático cuando dijo que "nuestro objetivo es fútbol. ¡El fútbol! Que lo vean todos, que todo el mundo pueda ver el futbol". El proyecto, señaló, es que los oferentes
garanticen los 600 millones de pesos anuales a la AFA y que además quede dinero para proyectar al deporte olímpico. En la pomposa presentación del vínculo entre el gobierno de Cristina Fernández y la AFA en Ezeiza, la presidenta había marcado que si quedaban ganancias de la comercialización una parte sería para el desarrollo del deporte olímpico.
Se estima que el gobierno espera recaudar 800 millones de pesos.
Fernández no dio precisiones sobre cuándo se llamará a licitación.
La idea original era sostener el deficitario negocio hasta después del Mundial de Sudáfrica pero en los últimas días circuló la versión de que la licitación podría ser a fin de año. También existe la posibilidad de que el Gobierno reserve algunos partidos para la pantalla de Canal 7. Como fuere, el paso a manos privadas
de los 10 partidos de Primera o buena parte de ellos, significa que tarde o temprano se tendrá que pagar por ver fútbol. Es inexorable porque el negocio, como está planteado, no cierra. El propio ministro admitió que
recién "en el último partido" (quiso decir última fecha) se empezó a vender publicidad. Cualquier observador comprobará que es
abrumadora la publicidad oficial en la pantalla de Canal 7. El slogan "Fútbol para Todos" suena bonito, pero dura poco.
Consultados cuatro dirigentes de peso en la AFA dijeron desconocer el proyecto del gobierno aunque marcaron que si se respetan los términos actuales, es decir los 600 millones de pesos anuales, no habría oposición. En cambio,
Boca y River estudian el camino legal para poder comercializar por cuenta propia los partidos de sus equipos. En realidad, la mayoría de los clubes quisieran tener esa posibilidad pero sus dirigentes saben que el mercado no se extenderá más allá de los dos clubes grandes.
Cada vez que se habla de
licitación en la Argentina, la sospecha es inevitable. Ya se menciona que la productora
La Corte, de los hermanos Daniel y Pablo Monzoncillo, con fuertes lazos con el kirchnerismo, se interesará por los pliegos.
Hace un tiempo, un rumor indicaba que
Tenfield, la empresa del contratista uruguayo Paco Casal de la que es socio Enzo Francescoli podría desembarcar en el fútbol argentino. Capitales ingleses y holandeses que habrían tenido charlas preliminares con Boca y River por los partidos de estos clubes y la española Mediapro (le ganó la puja al Grupo Prisa en el fútbol español), son, hasta ahora, los otros nombres en danza.