El matrimonio entre Gloria y Pablo Morales es un infierno. La mujer atormenta a su esposo con sus celos, quejas y un extremo puritanismo que raya en la obsesión. Como Gloria no quiere separarse y Pablo ya no sabe qué hacer, la situación se ha tornado insostenible. Un día, Pablo anuncia a sus conocidos que Gloria se ha ido a Guadalajara a visitar a una tía. Sin embargo, en su laboratorio de taxidermista, Pablo conserva un esqueleto al que trata como si fuese su mujer.