Nos quejabamos de los robos del bronce aca y en Polonia como andamos?...
El robo del cartel de entrada al ex campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz, en el sur de Polonia, desató el repudio de autoridades políticas y religiosas de todo el mundo, que expresaron su "vergüenza" por lo sucedido.
El ex presidente polaco y líder histórico del sindicato Solidaridad, Lech Walesa, calificó el suceso de "inimaginable" y lo atribuyó a una "expresión criminal". Los empleados del museo, en tanto, se mostraron conmovidos por el robo. "Es difícil encontrar palabras para describir algo como esto", dijo Pawel Sawicki en declaraciones a la agencia DPA.
También condenaron el hecho los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania y Polonia. "Lo que pasó es algo criminal. Esperamos que los autores sean detenidos sin demora", dijo en Berlín el jefe de la diplomacia polaca, Radoslaw Sikorski. Su par alemán Guido Westerwelle agregó: "Es un acto vergonzoso que debemos castigar".
"La inscripción fue robada a eso de las 6 (3 de la Argentina)", indicó el portavoz de la policía, Malgorzata Jureck, a la radio pública Trojka. El funcionario precisó que la brigada canina de la policía trataba de seguir el rastro de los ladrones.
El robo de la inscripción fabricada en hierro forjado por los prisioneros por orden de los nazis, y que fue uno de los más siniestros ejemplos de su propaganda, ha provocado una ola de indignación en Polonia.
"Es algo horrible", dijo a la radio el presidente del Senado Bogdan Borusewicz. "Espero que la policía recupere lo antes posible la inscripción y que ésta no haya sido destruida", agregó.
La inscripción en hierro forjado no era difícil de descolgar sobre la gran
puerta, "pero se necesitaba saberlo", comentó Mensfeld.
El ex campo de concentración y exterminio permanece cerrado y custodiado por vigilantes durante la noche. En un primer momento, los nazis instalaron el campo para internar a los resistentes polacos prisioneros, nueve meses después de la invasión de Polonia en septiembre de 1940.
Después el campo fue ampliado hasta transformarse en un complejo de trabajo y exterminación que se extendió hasta las inmediaciones del poblado de Brzezinka - Birkenau en alemán.
Entre 1940 y 1945, el régimen nazi alemán exterminó en Auschwitz -Birkenau a cerca de 1,1 millones de personas, en su mayoría judíos de Polonia y de todos los países europeos ocupados, pero también gitanos, soldados soviéticos y combatientes antifascistas de toda Europa.
Auschwitz -Birkenau fue liberado por el ejército soviético en enero de 1945. El complejo de 200 hectáreas comprende 155 barracas y 300 otras en ruinas destruidas por los nazis antes de huir. El año pasado, el sitio fue visitado por más de un millón de personas.
Puerta principal del museo del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz sin el cartel que estaba a su entrada, este viernes en Oswiecim (Polonia). EFE/Policía de Polonia - EFE
Berlín condena robo de la placa a Auschwitz y ofrece apoyo a restitución
El gobierno alemán condenó hoy el robo de la placa que preside el acceso al antiguo campo de exterminio nazi de Auschwitz y ofreció su apoyo para lograr su restitución de la inscripción con la frase "Arbeit macht frei" ("El trabajo libera"),
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores expresó la confianza del Ejecutivo en que el caso sea esclarecido con rapidez y que, a su vez, se pueda recuperar la placa que presidió la entrada del campo en el que murieron asesinadas más de un millón de personas, en su mayoría judíos.
"Alemania, consciente de su responsabilidad histórica, apoya la conservación de Auschwitz como museo y lugar de recuerdo de las víctimas del nazismo", apuntó esa fuente.
Los responsables del antiguo campo de concentración y exterminio nazi denunciaron hoy el robo de la placa con esa inscripción, que asimismo presidió otros centros de confinamiento erigidos por el Tercer Reich.
La policía polaca ha ofrecido una recompensa de 5.000 zloty (más de 1.200 euros) por cualquier pista que pueda llevar a recuperar la inscripción, desaparecida la pasada madrugada.
Responsables del museo calificaron de "acto atroz" la sustracción de la placa, considerada un exponente de la crueldad y el cinismo de quienes orquestaron el Holocausto.
Recuperar la inscripción es "una cuestión de honor", según señalaban desde la comandancia de policía de Oswiecim, la localidad del sur polaco donde en 1940 los nazis establecieron el campo de concentración más mortífero de la historia.