El toro arremetió y el matador Christian Hernández salió huyendo, cruzó la plaza y saltó al callejón para sumirse en la controversia.
El torero, quien admitió haber estado aterrado, fue detenido después de la arruinada faena del domingo en la Plaza México, al parecer debido a incumplimiento de contrato, reportó el lunes la prensa local. Fue puesto en libertad después de pagar una multa.
"Hay cosas que tienes que hacer de vez en cuando para mantenerte a salvo (...) No tengo la capacidad, me dio mucho miedo y no quiero ser torero, no es lo mío, no tengo huevos", aseguró el matador mejicano de 22 años en una entrevista para televisión.
Se fue. En una acción raramente vista en el mundo de la fiesta brava, Hernández hizo girar su muleta ante la embestida del toro, cruzó el ruedo y se lanzó de cabeza sobre el burladero hacia un lugar seguro, dejando caer su muleta en el proceso.
La multitud se burló de lo ocurrido. Después, el torero volvió a escena y se cortó el pelo.
Algunos directivos convencieron brevemente el domingo a Hernández de que regresara al tendido, donde puso las manos sobre su cabeza y señaló al cielo antes de abandonarlo por segunda vez.
Más tarde indicó que se retiraría de las corridas de toros.